El actual sistema de conciliación entre vida laboral y familiar se ha convertido en un obstáculo para avanzar en la igualdad de género. Las mujeres solicitaron en 2008 casi el 95% de las ayudas por excedencias y reducción de jornada por cuidado de hijos, una decisión que arranca de cuajo cualquier posibilidad de promoción profesional. "La disponibilidad absoluta sigue siendo el requisito indispensable para acceder a un puesto de responsabilidad", recalcan desde Emakunde.
El problema es que falta de disponibilidad sólo se le presupone a la madre, bien porque ha optado a una reducción de jornada o bien porque se cree que dará prioridad a sus retoños. Los datos avalan esta hipótesis. Mientras los varones con descendientes tienen más probabilidades de ascender que los que no tienen hijos, las posibilidades de las mujeres caen en picado en cuanto se convierten en madres, al igual que sus opciones de incorporarse al mercado laboral
Ellas se llevan la peor parte también fuera del ámbito laboral. Las mujeres con cargas familiares que trabajan fuera del hogar dedican 4,7 horas a las tareas domésticas, una más que los hombres en su misma situación. Además, el 67% de las mujeres que deja de lado su carrera profesional renuncia a reincorporarse.